sábado, agosto 28

Fantasma #3 y la angustia.

Últimamente me lavo la cara con jabón natural y agua fría una media de 4 veces al día. No soporto tenerla grasienta. Pero me da en la nariz que es para despejarme, para quitarme de encima la congoja de tener que afrontar algo importante, algo que no había probado antes del mismo modo. Si la culpa fue mía o si la tuvieron algunos profesores resentidos con ''el rarito que aprueba sin pasar por clase'' no importa mucho, que ahora quedan tres días entre mesas de contrachapado del Centro de Estudios de Santuyano y el netbook de mi madre. Y cuando todo eso acabe, y salga bien (por el amor de dios, que salga bien), te abrazaré cuando te vea, te falte una pierna o te acompañe tu séquito de antisemitas. Y estaré bien.


Hola, soy Alejandro y estoy acojonadín.

quarta-feira, agosto 25

Maderita y el bon humor.

Les coses piquiñines, les cencielles, les qu'afaten. Les que presten pola so febledá y xeitu.

Escuchái, naguo compartilu (el bon humor, el bonrrollismu). Maderita & Nacho Umbert (y la Compañía).

quinta-feira, agosto 19

Barcelona VII.

Setè dia (prisas)


Lástima que se me olvidase apuntar en mi cuaderno de bitácora lo que hice éste día. Recuerdo que 'madrugamos' (nos levantamos a las 12.00) para dirigirnos en metro a Montbau, un barrio obrero de corte choni y humilde, con edificios un tanto pintorescos, donde se nota claramente la inspiración por movimientos artísticos contemporáneos a esos edificios (finales 50's principios 60's), pero con materiales baratos.
Montbau (Uralita)

Montbau (Piedra+Azulejopetit)

Montbau (A lo Miró)
Más tarde nos daría por visitar el Pabellón de la República (reconstruido en 1992/1994), bastante marginado. Y finalmente, de pasada, la Casa Calvet (en Urquinaona). Maldita mala memoria.
Pabellón de la República.

Principal, Primer, Segon, Tercer.

terça-feira, agosto 17

Barcelona VI.

Sisè dia (Relax, conociendo el Metro fresquinos)


Pujem al metro, de Rocafort a Plaça Espanya, y de Espanya a Collblanc, todo con el objetivo de ver el Camp Nou (también conocido como 'Estadi Timar a los guiris es fácil si sabes cómo'), aunque con el lío de calles entre L'Hospitalet y Barcelona, casi ni lo advertimos, aparte que parece mucho más pequeño de lo que realmente es, al estar parte del graderío y el terreno de juego 'bajo tierra'. Y ahí vemos el Estadi del FCB, bastante feo, rodeado de verjas cual campo de concentración, a pocos metros de L'Hospitalet. Supongo que el equipazo que tienen compensa.

Frontera

Una calle, dos municipios.

Camp Nou

Cambiamos totalmente de rumbo, tomamos el metro en Les Corts y en Provença el FGC (Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya) línia sept, dirección Tibidabo. Tomamos el tramvía, casi vacío, acompañados por un grupo de portugueses muy pintorescos, que también nos acompañarían en el funicular de la montaña (daba bastante miedo al ver que la locomotora duplicaba seguramente mi edad). Llegamos arriba y vemos lo bonica que es Barcelona desde las alturas, la Esglèsia del Tibidabo y el parque, buscando como dos enfermos aquella atracción famosa por el accidente, que misteriosamente, seguía en el mismo estado.

El rostro del funicular.
A mí la 'cara' del Funicular me hace gracia.

Tibidabo i església.

Varsòvia, Polònia, Catalunya (Amb núvols).

Morbo.
El Péndulo en pedazos.

Finalmente, intentamos subir a la torre de Collserola (con algo de reticencia por mi extraña fobia a los ascensores de cristal, sean 3 plantas, sean 200 metros), pero la encontramos cerrada, una lástima.

Collserola lluita amb els núvols.

segunda-feira, agosto 16

Barcelona V.

Cinquè dia (Día Guiri)


Anem a Montjuïc. Rehacemos el camino que tomamos el día que arribamos a Barcelona, para pasar a ritmo de caracol por la Avinguda de la Reina María Cristina y llegar a la plaza donde se encuentra el 'Pavelló Alemany' de Mies van der Rohe (pero reconstruído en los 80's). Tras un pequeño ataque de xenofobia incontrolada relacionado con un grupo de alemanes que tomaban fotos con flash delante de un cristal, nos encaminamos hacia el Passeig de les Cascades, donde pudimos ver el MNAC (Museu Nacional d'Art de Catalunya), donde tomaría unas fotos de Barcelona entre típicas y bonitas, con la aparición estelar de un nipón aflamencao que le daba por tocar música griega 'de vegades'.

Pavelló Alemany.

Finito de Yokohama.

Llegamos arriba de Montjuïc y producto de mi chauvinismo, pongo por las nubes al Carlos Tartiere y menosprecio al Lluis Companys, imagino que por incómodo a la hora de ver fútbol, o por el sol, que incidía directamente en mi cabeza, o que directamente soy cortín. La Torre Telefónica es una atrocidad, añado.

Lluis Companys

La dona veu moltes coses (Montjuïc).

Bajamos por la Avinguda de Miramar y conocemos un dependiente 'moro' que parecía no entender que no éramos extranjeros y nos sumergimos en Poblesec, que a diferencia de Poblenou, es feo, gris y está lleno de gandaya. Allí vemos el Teatre Apolo, el mítico Club Bagdad y el Palau Güell (en Nou de la Rambla). Abandonamos Poblesec y terminamos (casi sin percatarme) en el Cap de Barcelona (la escultura de Liechtenstein) dirección Barceloneta, el barrio que aparecía en las pesadillas de Idelfons Credà (el del Eixample, ese). Cenamos focaccia de bacon con queso de cabra y tomàquet natural y un pastis de Pascualina, lo que me dejó K.O. durante un buen tiempo, reposando tal pitanza (olvidaba hacer publicidad, Buenas Migas Restaurant, se llamaba el local). Para terminar, me puse pesado con las torres gemelas del Moll de Marina y tomamos el metro de vuelta a casa en Urquinaona (rodeado de simpáticos hombres y mujeres de piel parda y con banderas y camisetas de Ecuador, en su mayoría alcoholizados y pasando de la treintena).

Nit

domingo, agosto 15

Barcelona IV.

Quart dia (conociendo la muerte en Can Carelleu y vandalismo).


Partimos de Plaça Catalunya, para que servidor se orientase y también para tomar el tren (pasando por Provença, Gràcia, Sant Gervasi, Muntaner, Bona Nova, Les Tres Torres, Name Dropping a tope y por último Sarrià) hasta Can Carelleu, lugar de Barcelona que pocos visitantes conocerán, previo paso por el Carrer Major de Sarrià, la Plaça de Sarrià, la ronda de Dalt y Passeig de Santa Eulàlia, donde me dio por arrancarle la R de Residuos al contenedor para sentirme un 'outsider'.

Ocell-ona.

Servidor

Primu.

Primu

Agotado, exijo al hombre de la foto superior una cerveza, por lo que bajamos de nuevo por Sarrià, vemos la Avinguda de Pau Casals (donde vive Sara Montiel, algo que me repitió sin percatarse del poco interés que me suscitaba), la Rambla de Catalunya, Carrer d'Aragó y un embrollo de calles ancladas en la jet-set de los 70's donde nos medioperdimos.

sábado, agosto 14

Barcelona III.

Tercer dia (En Lactuca comiendo práu y más calor).


Después de comer, de darnos un gran festín a base de mierdas verdes y mucho pepino, en el Lactuca, hacemos turisteo común yendo, en el Passeig de Gràcia, a la casa Amatller y a la Batlló, muy bonicas ellas, donde pudimos ver un montón de guiris absortos ante una pantalla que emitía imágenes explicadas sólo en catalán. Ver sus caras era casi orgásmico. Continuamos haciendo el guiri para ver la casa Milá/Pedrera hostigada vilmente por la publicidad masiva de Caixa Catalunya. Hasta aquí el turisteo barato.

Empezamos a ser nosotros a eso de las 17.00 más o menos, cuando nos encaminamos con ansia al Sony Style del Carrer Roselló, al que dedicamos más tiempo que al edificio de la Diputació de Barcelona (en obras, será por aquello de las vegueríes), construcción que daba paso a la Travessera de Gràcia, que a su vez, moriría en el Carrer Gran de Gràcia (media hora viendo libros antiquísimos a 1 euro cada uno en el Mercat del susodicho barrio) para finalmente tomar Carrer d'Astúries y ver montones de senyeres estelades blaves.

Cervecita exigida por mí y a buscar el estadio del Club Esportiu Europa, más que nada por la gloria pasada de un club que ahora da bastante pena, emplazado en una de las zonas más feas de toda Barcelona, Ronda de Guinardó y a lo lejos, Hospital de (la santa Creu i) de Sant Pau, en obras, como la mitad de la ciudad, pero enorme, puro modernisme. Dejamos el Sant Pau para volver al turisteo en Avinguda de Guadí y quedar algo indiferente ante la Sagrada Família (qué bonitos el Repsol y el Domino's Pizza que la rodean) y tomar por fin el metro hasta Rocafort.

Sagrada Família.

Passeig de... ho he oblidat.

Qué desazón.

sexta-feira, agosto 13

Barcelona II.

Panorámica de Barcelona
Panorámica casera de la ciutat comtal

Segon dia. (Calor, más calor y Poblenou).

Arriba, tazón de leche pasteurizada y galletas María Fontaneda (las de verdá). Nos dirigimos a la casa okupa de Comte d'Urgell, a la que han plantado un cartel enorme de 'Economía Sostenible/Gobierno de España' con cierto tufillo a desafío y pensamos en comer en el Subway del Triangle, cerca de Plaça Catalunya, donde hacemos amigos por primera vez con las secuaces de Intermón Oxfam (lamento llamarlas secuaces, pero actúan como tal). Acabando de comer, volvemos al Topman (Entre Balmes y Ronda Universitat) que había descubierto poco antes, y me convierto en una Pretty Woman en una tienda rodeada de guiris y maricas a partes iguales.

Salimos de la tienda con más bolsas de lo previsto, tras haber alimentado mi enferma colección de camisetas de rayas, para visitar el Arc de Triomf que da entrada al Passeig de Lluis Companys, que a su vez, da entrada al Parc de la Ciutadella, que a su vez, da paso al Parlament de Catalunya, que da lugar a interminables discusiones en Intereconomía y súbditos. No recuerdo muy bien en qué momento nos dio por visitar la preciosa Estació de França, con los días se me distorsionan los recuerdos.

Tomamos el carrer de Wellington para tomar el Trambaix (primer simpa en Barcelona), que nos dejaría en la zona del Fórum/Districte 22, con más edificios y hormigón desnudo que personas. Todo esto no había sido más que una pequeña tortura para mostrarme la parte fea de Barcelona, llena de rancio-modernismo contemporáneo y masificación inmobiliaria. Pero llegamos a Poblenou, la Barcelona de verdad (aunque fuese un pueblo separado del municipio hasta hace relativamente poco), con catalanes hablando catalán y todo, donde voy a tener mis primeras conversaciones en lemosino con los habitantes de la zona, siendo mis primeras palabras 'Un cop més, més, prou'. Quin bé, coi.

¡Ah, y también vi la casa de les Punxes!, que debido a mi agotamiento, la ignore casi por completo.

Arc de Triomf.

Mierdas del Fórum.

Distrito 22 y nuevo edificio de Movistar.

Especialitat en treure els records.

El 22 no gusta. A mí tampoco.

Casaokupa.

quinta-feira, agosto 12

Barcelona I.

Primer dia (desprès d'haber arrivat el dia abans des de l'aeroport del Prat)


Qué calor. Salgo del Carrer Rocafort (en el Barri de Sant Antoni, la flecha al lado de la Ametlla/Ciutavella) y en poco tiempo llego a la Gran Vía de les Corts, por la que paseo hasta la plaza de la Universitat, mi cabeza empieza a recopilar demasiada información habiendo dormido muy poco por culpa de 'la caló'. Llegamos a Plaça Catalunya y todo es muy grande. Anem a la Rambla dels Rumans, comenzándola desde 'Canaletes' rumbo al barri Gòtic (donde veo la Plaça Sant Jaume, la de Manel, la de los Castellers, la de Els Guapos són els Raros), en el cual iba a encontrar una tienda molt maca llamada 'Suspect', en el Passatge del Credit, con un montón de Laserdisc y un dependiente alemán muy hablador y simpático, que me acaba engatusando para que compre el mismo de Reservoir Dogs.

Al Rabal, al MACBA, a ver moltes senyeres amb moltes estrelles. Al Passeig de Colón, para morir de calor, tostar, ver el Cap de Barcelona (el de Liechtenstein, Roy). Y hacemos la Rambla desde Drassanes, con el objetivo de llegar a la FNAC de Triangle (al lado de Plaça Catalunya, el orden no es nuestro amigo) y me gasto mis buenos ecus en un disco de Els Amics de les Arts, otro de El Petit de Cal Eril y las temporadas de The Young Ones (en euskera, da miéu).

De noche, vam sopar (no recuerdo dónde) y a tomar alguna cerveza (Cerveseria The Palace), en El Born, siendo esta la primera vez que lo piso. Cuánto moderno repelente hay en Barcelona y cuánta gente auténtica a la vez. Soy de pueblu.

Y algún mensaje.

Intimidaes.

Alguns pensen blau. Altres no tant.

Passatge del Credit.

Passatge del Credit (a prop de Suspect).

terça-feira, agosto 3

Cuéntame tu vida

Me voy, ya, ahora sí. Me voy una semana con la apariencia de un mes. Mientras tanto, cuéntame tu vida, como la vez que te puse mis auriculares con Ceràmiques Guzmán para que entendieses algo, con nulo resultado. I et vaig mirar, i vaig gaudir. Pasadlo bien, yo buscaré una versión de 'La Metamorfósis' en catalán, siendo esta frase la única no metafórica desde hace tiempo.


domingo, agosto 1

Les coses d'abans d'anar a Barcelona

Només, vull dir, que la teva indiferència em fa massa mal.
Puntualización, vete a Barcelona y cállate.

Palmas en la estación

Cuando dos personas, tienen un interés mutuo y común, las palabras sobran. Cuando sólo una de esas personas tiene interés, las palabras se vuelven imprescindibles.
Me gustó Tachenko, a pesar de que se les 'olvidó' tocar 'Entrada de Artistas' o 'El Coche Real', se portaron con 'Amable', 'Nataciones', 'Mordekay' o 'Afganistán', y luego morralla del nuevo disco, que aunque mola, mi condición de modernete pedante me impide apreciarlo hasta que saquen uno nuevo. Y Madera nos había abandonado bien pronto. Aproveché el largo rato (media hora, cuarenta y cinco minutos, tres días... quién sabe) que Casero estuvo esperando por la 'cena' para satisfacer mis ya inútiles 'sugestiones', mis inválidos intentos de mantener la cabeza fría y pensar con claridad cuando tu nombre se contonea por mi cabeza con la soltura de un politoxicómano en un vagón de metro. Por eso me tumbaba en el práu, por eso sonreía con el Vinadé haciendo gala de cierto tufillo garrulo al soltar 'Puxasturies' nada más llegar, y qué maja la moza que echó un vistazo de nuestros enseres cuando se lo pedimos.

Acabó Tachenko, recogí, el otro me preguntó por qué y yo le respondí con un solemne 'Delorean es una puta mierda techno-modernete-indietex', haciendo un alarde de educación y savoir-faire en toda regla. Caminamos doscientos millones de quilómetros (sigo en guerra con las 'k') hasta la Estación de San Xuan de Nieva para darnos cuenta de que el tren no iba a salir hasta dentro de mucho, y decidimos dormir, justo el día en el que mi móvil había cesado funciones al 60%, justo el día en que mi único medio para escuchar música era el Spotify y quedarme sin batería en 1 hora. El día en el que Casero no cerró bien la litrona y mi mochila acabó dando lugar a un nuevo ecosistema, similar al Bayou norteamericano, pero con peor olor.

Caminamos hasta la plaza ¿central? de Salines, pedimos un taxi, pilotado por un taxista (hasta ahí normal) bakala, de unos 50 años, que hacía paradas esporádicas para vete tú a saber qué coime. Llegamos a la estación de autobuses de Avilés y conocimos a un encantador hombre de aproximadamente 60 años que posiblemente tuviera muchos menos de los que yo le echaba. Un hombre que, pese a su embriaguez y pocas luces, disparó... balbuceó un pequeño monólogo resumido en la frase final 'así que nun vos podéis quejar, de ná, que yo toi na puta calle, nun vos podéis quejar'. Toda esa magia entre lo senil y lo literato se perdió cuando comenzó el festival 'Canción Popular Asturiana para alcohólicos', en el que a mi camarada y a mí nos dio por acompañarle con palmas al simpático gentleman de los barrios bajos, y corear cada uno de sus denunciables piropos.

Finalmente, le pagamos el billete de bus a Uviéu. Si de mí dependiese, le haría presidente del gobierno.