domingo, agosto 26

Días de primates.

Creo que salvo la quejica del sombrero, la mujer me genera un rechazo terrible. Admito su belleza, admito mi líbido, pero lejos de mí, por favor. 

Desde aquello no me permito acercarme a nadie -aunque ya lo haya hecho, aunque a veces me olvide de mis propios principios- , no sé si por la sensación de que en cuanto me aproxime a alguien, le mataré por culpa de toda esa bilis que antes de aquello, sabías y querías calmar. Tengo unas ganas enfermas de reventar a alguno que me dé motivos, de pagar con aquel mis lamentables errores.

Que no te vi en Acapulco y me temí lo peor.