quinta-feira, junho 24

De las cosas que tú y yo hicimos en aquel séptimo piso

Dire Straits, tú me ayudaste a escribirlo, porque te habías dado cuenta de que no me podía concentrar en otra cosa que no fuese tú, en aquel momento, en aquella habitación. Los Dire Straits mientras haces y deshaces el amor, los Dire Straits mientras estábamos la pálida, sus pecas y el que acariciaba a ambas.


Resultó estúpido cuando pretendiste esconder tu berrinche adolescente, por muchos veintiún años que decías y repetías tener, y más aún cuando me fijé en las pecas que vivían en la rivera de tus lágrimas, ahí volví a mis fantasías infantiles de mujeres de piel muy blanca y pelo rojizo, que vivían muy lejos y que no llegaban tarde, sino que sólo estaban en retraso. Te tumbaste de lado, y traté de paliar tus nueve meses rodeada de amigos que ya sabías que no iban a ser para siempre, ahogué esas penurias con ése inglés mío que tanta gracia te hace, con mordiscos y algún taragañu, y conseguí hacerte ver que de las siete de la mañana a las once, hay un último y preciado tiempo que aprovechar con cada una de las ondas cobrizas que pueblan tu desordenado ático, donde sabe dios qué cortocircuito provocó que tú fueras a acabar viéndome como alguien merecedor de tus ravioli con tomate y calabacín.

Incapaz de cocinar algo sin dejar la cocina hecha unos zorros, incapaz de decir una sola frase en catalán excepto 'wa yeah', tu acento escocés y la rapidez con la que enlazabas una y otra palabra, mis continuos 'you know i didn't understand you but nobody cares', tu obsesión con los gatos, mi disco de Antònia Font que ahora es tuyo y nuestro eterno agradecimiento a Google, a tus transigentes compañeros de piso y al enorme tapiz tanzano que abrigaba la pared derecha de tu habitación, la pared, el vecino, la persiana y la cama. Que fueran dos, casi tres semanas, no me importa demasiado, me gusta ser intenso en todo aquello que acometo, quizá con demasiado arrojo y poca cabeza. Come with me to Edinburgh.


La madrugada previa a la última vez y tu extraño concepto del orden. Que te vaya bien, Linning.

segunda-feira, junho 14

Quirón


Calcái ehí.

domingo, junho 13

Delles coses.

Carayu, nun val. Si cada ventana, abre una nueva mañana, llena de luces y orquestas, las mías están muy selladas, me estoy quedando algo atrás con respecto a vosotros. Y luego está el tema de los piojosos/punks (que viven a costa de papá y mamá), y me sigo quedando algo atrás respecto a ti. Ah, claro, y la distancia física, geográfica, maxilar y pigmentaria, qué horror, qué dolor de muñecas y qué callos de jugar al futbolín con Patiño. Y la versión más cariñosa de Helena, que me presenta a algún amigo barbudo al que creo que le parezco un weirdo, y nos vamos a por un Inglés y un Big Ben (desayunos del 'Yuppi', patrimonio de la humanidad ya) cuando lo que yo quería esa madrugada era una escocesa. En cambio, los amigos de la otra rubia, huelen un poco más a armario cerrado del pueblo, ¿sabéis?, esta gente que te presentan, pero que se cierran en banda a atravesar la barrera del 'no te conozco/no me relaciono', repito, menos mal que Patiño patiñeaba (hagamos como que le conozco de toda la vida).


PD:Los domingos no me sientan bien, ni con Antònia, ni con Julio, ni con los Homens.
PD2: He descovert un nou amic, i no és una neurona.

segunda-feira, junho 7

Patetismo

Pronto, muy pronto Δ.

domingo, junho 6

Redhead, white skin.

El baile de tupés choca frontalmente contra toda una nación escocesa. No hay heridos. Pero hace replantear.
Funciona así. Pero si bien la semana pasada la de la cara de limón era Jane Birkin, esta, no es más que una mujer que se lleva mis ceras de colores. Las escocesas hacen pensar en, primero, lo bien que te puede tratar un completo desconocido, y segundo, que estás obsesionado, sempiternamente obsesionado con alguien. Que no se te da bien vivir sin tener la mente puesta en ese alguien.

Tengo que repetir el conocer-seducir-llevar a casa. Tengo que ser más galán y menos patético. Gracias, Lindsay.

sexta-feira, junho 4

Tarántula







Hoy, TARÁNTULA, a las 20.30, o algo más tarde, quizá-quizá. Sólo falta que viniese algún 'Corcobado', que resurgiesen 'Derribos Arias', y la vida me sonreiría.

terça-feira, junho 1

El día que Gavrilo Princip la cagó.

Me gusta destrozar revistas para hacer esto. Me gusta salir de fiesta un lunes e ir a buscar un kebab a las 3 de la mañana. Me gusta Nacho Vegas cuando piensas en una mujer y Antònia Font cuando no piensas en ninguna mujer. Me gustan los fines de semana y hacer cualquier tontería con gente que no considerabas tan amiga pero ahora sabes que lo es. Me gusta el Gin-Tonic como a Mr Blonde el sonido de los 70.