terça-feira, novembro 24

Marcello, Marcello, no me dejes así.

Superlativa sonrisa,
serpentea suavemente,
a sabiendas de que soy el siguiente,
en beber de su brisa.

En beber de su brisa,
socarrona señorita sonriente,
silenciadme sutilmente,
sacadme su sarissa.


(Stralucire entre sus labios)

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