segunda-feira, fevereiro 16

Madritleño.


Cafetería del Museo Reina Sofía
Ni a hostias me sacáis de Madrit, ni a hostias. Pero no funcionó, y aquí estoy, en Uviéu, la aldea que me vio nacer, entre las montañas. Y no se si es malo que alguien como yo, que quizá peque de überpatriota, reniegue de su tierra tan pronto. Tampoco es que me cague en Favila y Marirreguera, pero necesito el contacto con una gran urbe, no puedo estar más tiempo oprimido socialmente. Pero me veo abocado al precipicio cultural de mi ciudad, oh, mi espléndida ciudad de luz y de color, a la que cada día más detesto, y no debería, porque tenemos unos parterres y unas farolas, la mar de monísimas, oye, que...que te calles coño, que no vas a ir a Madrit.

Vuelvo en un mes, mes y pico, pero no creo que vuelva a conocer la noche madritleña, iré al concierto mayúsculo (franzferdinand&&mandodiao), y nada más. Volveré el triple de madritleño, porque me habré quedado con ganas. Joder, ser de provincias duele, ya me da pereza hasta vanagloriar las cualidades de este lugar. No se me apetece escribir más, de veras, mi prosa es cada vez más reducida, todo lo contrario que mi amargura.

3 comentários:

L disse...

Ah, ¿no querías Asturias?
Toma Asturias-es-ocomotesalgadelcuerno, es toda tuya.

kleurrijke dica. disse...

¡Yo quedo volved!

Gudproyect disse...

Para combatir la adicción, puedes escuchar "Pongamos que hablo de Madrid, de Javier Krahe y Joaquín Sabina.